martes, 17 de junio de 2014

El camino

En la siguiente imagen se muestran 9 caras diferentes y de ellas voy a elegir las dos caras con las que mejor me he identificado durante este cuatrimestre en las asignaturas que ha llevado mi profesor Miguel Sola.

A lo largo del trayecto he pasado por dos estados muy diferentes:

Complacencia e incomodidad. Que son para mí la primera cara y la última cara respectivamente.



La última cara porque en los primeros meses no entendía del todo la ruta por el que nuestro profesor nos quería llevar en estas asignaturas. Quiero decir que el primer día de clase me fascinó pero poco a poco se fue desarmando la fascinación y me perdí en el camino, No tenía claro cómo llevarlo todo, no sabía cómo interpretar las materias, me preocupaba demasiado porque hacíamos cosas distintas a lo normal y no hacíamos exámenes. Entraba a clase con varias dudas y salía aún con más. El trabajo con las TIC, cuántas cosas nuevas...el blog, el Prezi, el PowToon...todo nuevo, todo diferente.

Entonces me di cuenta que estaba empezando a disfrutar del aprendizaje con estas nuevas técnicas. Aprendimos nuevas estrategias de enseñanza viendo películas interesantes sin la necesidad de soportar largas explicaciones en modo de receptores de información. Nos enseñamos unos a otros cosas nuevas con los debates en clase. Y sobretodo y más importante aprendimos a ser constructivistas, a ser los protagonistas de nuestro propio aprendizaje, a no depender del profesor, a ver que siempre debe de haber soluciones alternativas en cada actividad, a trabajar en grupo y por proyectos y un sin fin de cosas más.

Lo que más me desconcertaba era que todo lo que creía conveniente se deshacía en medio segundo con las palabras de mi profesor Miguel. Todos los días aprendíamos algo nuevo pero algo nuevo significativo con pies y cabeza y que nos hacía pensar días y días. Hoy en día puedo sentir complacencia, puedo sentirme como la primera cara del cuadro porque he sabido relacionar las experiencias vividas en clase y reorganizar mis pensamientos sobre la educación, si había empezado la carrera con ciertas dudas sobre mi actuación como docente ahora puedo saber con certeza cómo y de qué mejor manera lo puedo hacer. Conozco la escuela que se quiere para el futuro y en qué consisten las mejores condiciones para que el alumno aprenda, que no podemos saber ser maestros antes de serlo y que la evaluación no se puede medir (y claro muchas otras cosas más...)

Nadie puede saber si he aprendido o no durante este curso porque no se pueden medir mis estructuras cognitivas pero puedo afirmar que éstas se han modificado y que he aprendido.







martes, 27 de mayo de 2014

¿Evaluación?

En la educación no se evalúa. Se califica y se mide. Se adjudica una nota (un número) a través de pruebas y revisiones y se hacen comparaciones de resultados para tomar decisiones. En la escuela se utiliza  la "evaluación" como un fin, convirtiéndose en una obsesión por los profesores, cuando debe ser usada como proceso de aprendizaje, es decir, como un medio para mejorar. Hoy en día la finalidad de la educación por los alumnos es aprobar y no aprender.

"Hay que preocuparse mucho más por la educación que por la evaluación" Paco Espadas.

Yo ahora lo sé (después de pasar toda mi vida pensando que las notas eran importantísimas) pero la gran mayoría de los profesores de ahora siguen creyendo que están evaluando a sus alumnos (o saben que no y aún así prefieren no complicarse mucho) pero en realidad están calificando y midiendo como ya he mencionado antes. Cosa que sólo sirve para seleccionar, segregar, clasificar, justificar y excluir alumnos. De ahí que sea la escuela la primera en clasificar a la sociedad y no el gobierno...

Las notas no reflejan los procesos de aprendizajes producidos en el alumno durante todo el curso simplemente tienen en cuenta los resultados. Las notas jamás podrán hacer justicia porque no pueden medir el aprendizaje, es imposible medir las estructuras cognitivas del alumno, lo que se ha podido modificar ahí dentro, lo que ya sabía y lo nuevo que ha asimilado, lo que puede estar pensando, lo que jamás ha podido decir en clase frente a 30 compañeros por tímidez o por miedo a fallar, lo que le pasa en su contexto familiar que está afectando a su aprendizaje y un millón de cosas más que jamás podremos ver... Por eso es importante ver la evaluación como una valoración y no como una calificación. 

 Por otro lado pienso que las notas también inducen a la competitividad, el que mejor notas tenga mayor éxito, entonces ¿para ser el mejor solo pueden participar los que "más saben"? ¿y qué pasa con los que no saben lo suficiente?¿no sirven? En efecto, eso ocurre. Y a raíz de la competitividad surge la desigualdad. La evaluación tiende a favorecer a los "vencedores" y a hundir y desanimar aún más a los "fracasados", que seguramente motivados por esto dejarán de continuar.



No entiendo como el Ministerio de Educación no ve esto y hace algo para remediarlo ya...¡Ah sí! Intereses personales... En fin, espero que algún día sean los profesores los que modifiquen las leyes educativas, que son los que verdaderamente entienden y conocen lo mejor para los alumnos. 

Hasta el momento solo podemos seguir siendo partidarios de que el fin de la evaluación es buscar la forma para mejorar el trabajo y el aprendizaje de los alumnos. Es un proceso de reflexión para la tarea del docente, para cambiar, comprender y ofrecer mejores oportunidades.

 No es fácil...¡pero hay que intentarlo!

   Nota: esta imagen la he tomado del blog cursomtriaevaluacion.blogspot.com.es


viernes, 9 de mayo de 2014

¿Se puede saber ser maestro antes de ser maestro?


Hablaré sobre aspectos relacionados con el tercer proyecto "¿Se puede saber ser maestro antes de ser maestro?" y sus respectivos artículos. En especial "Pinta y Colorea" de Fernández Navas...

 En cuanto a los primeros párrafos del  artículo de Pinta y Colorea, no entiendo que en pleno siglo XXI y en épocas de crisis donde la gran mayoría de la sociedad espera que la educación nos sea una vía de salvación, sea posible que la profesión del maestro apenas reciba el valor que se merece y sea tan menospreciada.

 Me paso todo el día oyendo y leyendo comentarios despectivos y bromas más bien pocas graciosas sobre la carrera de Magisterio y sobre el maestro. Esa carrera de la que todos dicen que no se hace nada en ella y en la que todos aprueban. Parece que no entienden que la consecuencia de la carrera de Magisterio es convertirse en maestro y ser maestro conlleva la gran responsabilidad de educar a una barbaridad de niños cada año, niños que en un futuro serán los que tomarán nuestro relevo en el mundo... Eso no es nada, eso es de risa, claro...



Siendo realistas, es verdad que a la hora de estudiar pueda resultar una de las más fáciles pero desde luego es una de las más difíciles a la hora de ejercer como profesional (y pre profesional).

La dificultad reside en el día a día de la carrera del alumno y de la "carrera" del maestro. Nunca acaba pues a lo largo de todo el periodo activo del docente se plantean distintas situaciones nuevas y a veces de vértigo a las que se debe enfrentar y resolver.

Cambiando de tema y ya casi al final del mismo artículo, Fernandez Navas se pregunta si "¿nos pasamos cuatro años de carrera simplemente para tener una base?" cuando oye decir a mucha gente que en la carrera adquieres la base y luego ya al salir ya aprendes tu profesión. Pues respecto a esta pregunta y apoyándome en otros puntos de este maravilloso artículo, me atrevo a decir que actualmente sí, desgraciadamente. Porque aún hay profesores que nos mandan memorizar un puñado de contenidos de memoria que realmente no nos servirán para nada, ¿de verdad en un futuro en medio de una clase vamos a acordarnos de todo lo que decían las teorías marxistas sobre la escuela? Sí solo las actividades que realizásemos en la facultad fuesen más útiles e interesantes y la práctica y la teoría fuesen unidas y no cada una por un lado, entonces podríamos salir de estos 4 años de carrera mucho más preparados y sobre todo con mucho más que una simple base.

Como dice Pilar Sepúlveda, vicedecana de Prácticum de la Uma, en una reciente entrevista que mi grupo El Pupitre tuvo el placer de hacer y que pronto estará disponible en nuestro blog común, el enfoque de las materias que se imparten en la carrera debería ser otro porque los contenidos parecen estar descontextualizados, éstos deberían ser menos memorizables  y menos de tan poco hacer. Se necesitan contenidos más prácticos y de más intervención por parte del alumno universitario. "Hay que trabajar diseñando" nos decía Pilar. 

Al igual que ella, también opino que a ser maestro se aprende en el contexto de trabajo, interviniendo, haciendo. Por eso el eje fundamental es que existieran muchas más prácticas, más ocasiones en los centros, incluso que en primero de carrera ya se implantasen las prácticas y no tener que esperar al segundo año.

Y para terminar, os voy a dejar una gran verdad en forma de imagen.



miércoles, 9 de abril de 2014

La enseñanza programada


Presento una reflexión sobre algunos aspectos de la enseñanza programa de la lectura de Sebastián Gertrúdix.

Cómo dice el artículo la enseñanza programada es un instrumento para provocar la selección en las escuelas haciendo que los alumnos "malos" se vean peores y los "buenos" sean los únicos que consigan éxito y a veces incluso con dificultades.

En la educación le dan más importancia a los resultados que al aprendizaje, sí, eso lo sabemos todos pero desgraciadamente seguimos sin cambiar nada. A mi gusto, dicha educación ha de preocuparse en hacer que los "malos" no sean tan malos y mejoren y en hacer a los "buenos" mejores. Y todo esto mejorando la calidad del proceso de la enseñanza.

La enseñanza reglada es totalmente absurda. No puedes poner los mismos objetivos al final del curso para todos los alumnos cuando cada uno tiene su propio ritmo. Y es más absurda todavía cuando está basada en la memorización de contenidos, "cuánto más memorices más listo serás". ¿Es que acaso no se dan cuenta que los alumnos dejarán de recordar lo que se habían memorizado en unas semanas? Es más, casi ninguna persona recuerda el contenido de algún tema que haya tratado en la escuela. Una buena alternativa sería el uso de experiencias, debates y ejercicios prácticos relacionados con la vida real.

Porque en la escuela no se hace mucho uso de los ejercicios prácticos. Para aprender hay que practicar, por ejemplo, te muestran los pasos teóricos para fabricar cemento pero no te enseñan a hacerlo de manera práctica, por lo que los niños memorizarán y olvidarán. La práctica se convierte en una experiencia y las experiencias se recuerdan mucho mejor.

Otro punto a destacar es que en el sistema educativo el error está visto como un fracaso. En este contexto equivocarse equivale a no saber pero la gran verdad es que el error es la base del aprendizaje, equivocarse es la única manera de construir aprendizaje.

La enseñanza programada acostumbra a los profesores a que cuando llega un alumno torpe, éste será torpe de por vida. Debería mentalizarse que en la escuela los profesores deben de ayudar a los alumnos y deben de prepararlos para la vida REAL. Todos tienen capacidades para prepararse sólo hay que buscar distintas alternativas al tipo de trabajo.


Está claro que si queremos cambiar esto, tenemos que dar unos cuántos saltos al vacío y ponernos en contra del método. Tenemos que atrevernos a innovar y a saltarnos los pasos para poder crear.

martes, 4 de marzo de 2014

DIARIOS DE LA CALLE


 El trabajo que ha mostrado la profesora Erin por ayudar a sus alumnos es de sentarse y admirar. Y sobre todo de aprender y aplicárselo. El esfuerzo, la motivación, la creatividad, la innovación y la involucración de la protagonista son las pautas que le llevarán al éxito y la satisfacción de conseguir su objetivo.

Erin, trabaja en un instituto de Long Beach donde los alumnos se encuentran divididos en distintas bandas y son muy conflictivos. Cuando vive sus primeros días en él se da cuenta que estos niños realmente lo pasan mal, están necesitados y viven ahogándose con todos sus problemas personales. No atienden, se pelean en clase, faltan a clase, etc. Lo primero que hace la profesora es cambiar radicalmente los métodos de enseñanza, modificándolo conforme a los intereses de estos alumnos violentos. Olvida completamente los contenidos previstos (La Odisea de Homero) y empieza a acercarse a ellos de otra forma. Se pone al nivel de sus alumnos, como si fuese una más, estudian la literatura a partir de versos de la música de Tupac, los lleva de excursión (cosa que jamás había pasado antes en este centro con los alumnos de integración porque eran muy conflictivos y además porque no mostraban ningún interés), propone debates, les habla de Anna Frank (con el fin de conectarlos a ella; adolescente que vivió una gran tragedia y escribió sobre ella), les da la opción de usar unas libretas para expresar sus problemas, como un diario, pero sobre todo confía en ellos y es esto en lo que los alumnos se fijan, no hay nada más inspirador y motivador que alguien crea en ti. De esto modo, la profesora ha llevado a sus alumnos de la ignorancia al entusiasmo por aprender, a la curiosidad, a la ilusión, al respeto. No solo logra que estos niños muestren en clase estos "nuevos valores" también consigue que los lleven a la calle.

Me ha desconcertado como el equipo directivo del instituto no hace nada para solventar el problema que patenta en sus instalaciones, ellos mismos dicen que su instituto "era de los mejores" pero no hacen nada al respecto, no pretenden cambiar la situación simplemente se limitan a apoyar a los alumnos que estaban ya antes de que se instaurase el Plan de Integración Social y dejar de lado a los alumnos con problemas porque dicen que no tienen esperanzas en ellos. Pienso que lo último que un docente puede perder es esto, la esperanza. Un profesor sin esperanzas es como un bombero sin valentía, como un arquitecto sin imaginación...

Un aspecto conmovedor es como la protagonista se centra tanto en sus alumnos que aparca su vida personal. Incluso se ofrece a hacer trabajos ajenos a la educación para obtener más dinero y así poder pagar excursiones, libros nuevos y otros materiales para sus alumnos. Sacrificio.

Me gustó mucho que Erin no se quitase nunca el collar de perlas a pesar de los avisos de su jefa de departamento y de su director. No tuvo miedo.

Y para terminar añadir que está claro que esta película refleja la marginación de los alumnos en los sistemas educativos de hoy en día. Son los mismos profesores los que inician este hecho con la diferencia de aulas según el nivel alto o bajo de los alumnos (como las clases de refuerzo).






Es una película que me ha hecho pensar mucho, quizás en un futuro no muy lejano me encuentre en la misma situación que esta profesora. Ahora, esto me servirá de referencia, con motivación, interés y coraje podré conseguirlo (tal vez).

viernes, 28 de febrero de 2014

Una ley sin vocación de futuro


Estamos en las mismas de siempre, la educación promovida por políticos que nada más dicen palabras bonitas que no se corresponden con lo que se desarrolla realmente. Pero en este caso no son palabras bonitas las que nos asombran si no los nuevos aspectos que el señor Wert (y solo el señor Wert porque la gran mayoría de la sociedad está totalmente en contra de la reforma) desea insertar en la educación. ¿Es que acaso estamos retrocediendo a la época de Franco? La educación debería ser solo manejada por los profesores, los verdaderos manipuladores del conocimiento, ¿qué sabrán los políticos lo que es mejor para los jóvenes, lo que les emociona o disgusta? 

Parece que se interesan más por la imagen de España en las comparaciones PISA que por los intereses de los alumnos. Y digo esto porque pretenden expulsar a aquellas criaturas más desfavorecidas en las que no se les ve un talento, perfecto mecanismo para así mejorar la imagen de España en PISA al disminuir el fracaso escolar. ¿No sería mejor acogerlos y darles lo que nunca pudieron adquirir debido a sus bajos estímulos culturales? Educación, eso es, escuelas sin desilguadad social. La lomce acabará con nuestra equidad y nos llevará a crear dos tipos de educación con dos tipos de alumnado distintos.

Por otro lado pretenden que los alumnos ya a sus pocos años de vida decidan en qué quieren formarse, es algo ridículo pues a esta edad no tienen ni idea de qué quieren ser y podrían caer en el fracaso temprano por una elección que deberían de hacer con algo más de conciencia y formación general. Al igual que cambiamos de gustos, cambiamos de ideas y metas y no queremos arrepentirnos de lo que decidimos ser cuando teníamos 14 años.

Otro aspecto absurdo, las reválidas, simplemente sirven para acarrear más problemas,  porque al fin y al cabo los cursos que tienen por delante una reválida por hacer se acaban convirtiendo en un estudio de ésta y se dejan de lado en el curso conocimientos importantes que deberían conocerse, pero claro...como no entran en las reválidas pues no se enseñan (como ya ocurre en 2º de bachillerato con el examen de Selectividad). Dicen que estos exámenes mejoran a los alumnos, dejando claro que la calidad se determina por los resultados académicos y no el aprendizaje.

La lomce busca una escuela que luche por la competitividad, cuando la competitividad no nos llevará a ningún lado. Las escuelas tienen que tener como meta la colaboración por encima de la competitividad de sus alumnos, la colaboración es sinónimo de productividad y nosotros queremos una sociedad que colabore para poder progresar juntos. En sus declaraciones, Wert no hace nunca referencia a la cooperación o la solidaridad. 









La LOMCE: una ley educativa segredadora sexista y clasista, conservadora, partidista, sin justificación, autoritaria y anti-educativa. Y dime ahora, ¿quién iba a apoyar esta reforma educativa?