viernes, 28 de febrero de 2014

Una ley sin vocación de futuro


Estamos en las mismas de siempre, la educación promovida por políticos que nada más dicen palabras bonitas que no se corresponden con lo que se desarrolla realmente. Pero en este caso no son palabras bonitas las que nos asombran si no los nuevos aspectos que el señor Wert (y solo el señor Wert porque la gran mayoría de la sociedad está totalmente en contra de la reforma) desea insertar en la educación. ¿Es que acaso estamos retrocediendo a la época de Franco? La educación debería ser solo manejada por los profesores, los verdaderos manipuladores del conocimiento, ¿qué sabrán los políticos lo que es mejor para los jóvenes, lo que les emociona o disgusta? 

Parece que se interesan más por la imagen de España en las comparaciones PISA que por los intereses de los alumnos. Y digo esto porque pretenden expulsar a aquellas criaturas más desfavorecidas en las que no se les ve un talento, perfecto mecanismo para así mejorar la imagen de España en PISA al disminuir el fracaso escolar. ¿No sería mejor acogerlos y darles lo que nunca pudieron adquirir debido a sus bajos estímulos culturales? Educación, eso es, escuelas sin desilguadad social. La lomce acabará con nuestra equidad y nos llevará a crear dos tipos de educación con dos tipos de alumnado distintos.

Por otro lado pretenden que los alumnos ya a sus pocos años de vida decidan en qué quieren formarse, es algo ridículo pues a esta edad no tienen ni idea de qué quieren ser y podrían caer en el fracaso temprano por una elección que deberían de hacer con algo más de conciencia y formación general. Al igual que cambiamos de gustos, cambiamos de ideas y metas y no queremos arrepentirnos de lo que decidimos ser cuando teníamos 14 años.

Otro aspecto absurdo, las reválidas, simplemente sirven para acarrear más problemas,  porque al fin y al cabo los cursos que tienen por delante una reválida por hacer se acaban convirtiendo en un estudio de ésta y se dejan de lado en el curso conocimientos importantes que deberían conocerse, pero claro...como no entran en las reválidas pues no se enseñan (como ya ocurre en 2º de bachillerato con el examen de Selectividad). Dicen que estos exámenes mejoran a los alumnos, dejando claro que la calidad se determina por los resultados académicos y no el aprendizaje.

La lomce busca una escuela que luche por la competitividad, cuando la competitividad no nos llevará a ningún lado. Las escuelas tienen que tener como meta la colaboración por encima de la competitividad de sus alumnos, la colaboración es sinónimo de productividad y nosotros queremos una sociedad que colabore para poder progresar juntos. En sus declaraciones, Wert no hace nunca referencia a la cooperación o la solidaridad. 









La LOMCE: una ley educativa segredadora sexista y clasista, conservadora, partidista, sin justificación, autoritaria y anti-educativa. Y dime ahora, ¿quién iba a apoyar esta reforma educativa?

1 comentario:

  1. Buen trabajo, Melissa, es un comentario personal bien relacionado con el texto. Espero muchos más a los largo de estos meses.

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