martes, 27 de mayo de 2014

¿Evaluación?

En la educación no se evalúa. Se califica y se mide. Se adjudica una nota (un número) a través de pruebas y revisiones y se hacen comparaciones de resultados para tomar decisiones. En la escuela se utiliza  la "evaluación" como un fin, convirtiéndose en una obsesión por los profesores, cuando debe ser usada como proceso de aprendizaje, es decir, como un medio para mejorar. Hoy en día la finalidad de la educación por los alumnos es aprobar y no aprender.

"Hay que preocuparse mucho más por la educación que por la evaluación" Paco Espadas.

Yo ahora lo sé (después de pasar toda mi vida pensando que las notas eran importantísimas) pero la gran mayoría de los profesores de ahora siguen creyendo que están evaluando a sus alumnos (o saben que no y aún así prefieren no complicarse mucho) pero en realidad están calificando y midiendo como ya he mencionado antes. Cosa que sólo sirve para seleccionar, segregar, clasificar, justificar y excluir alumnos. De ahí que sea la escuela la primera en clasificar a la sociedad y no el gobierno...

Las notas no reflejan los procesos de aprendizajes producidos en el alumno durante todo el curso simplemente tienen en cuenta los resultados. Las notas jamás podrán hacer justicia porque no pueden medir el aprendizaje, es imposible medir las estructuras cognitivas del alumno, lo que se ha podido modificar ahí dentro, lo que ya sabía y lo nuevo que ha asimilado, lo que puede estar pensando, lo que jamás ha podido decir en clase frente a 30 compañeros por tímidez o por miedo a fallar, lo que le pasa en su contexto familiar que está afectando a su aprendizaje y un millón de cosas más que jamás podremos ver... Por eso es importante ver la evaluación como una valoración y no como una calificación. 

 Por otro lado pienso que las notas también inducen a la competitividad, el que mejor notas tenga mayor éxito, entonces ¿para ser el mejor solo pueden participar los que "más saben"? ¿y qué pasa con los que no saben lo suficiente?¿no sirven? En efecto, eso ocurre. Y a raíz de la competitividad surge la desigualdad. La evaluación tiende a favorecer a los "vencedores" y a hundir y desanimar aún más a los "fracasados", que seguramente motivados por esto dejarán de continuar.



No entiendo como el Ministerio de Educación no ve esto y hace algo para remediarlo ya...¡Ah sí! Intereses personales... En fin, espero que algún día sean los profesores los que modifiquen las leyes educativas, que son los que verdaderamente entienden y conocen lo mejor para los alumnos. 

Hasta el momento solo podemos seguir siendo partidarios de que el fin de la evaluación es buscar la forma para mejorar el trabajo y el aprendizaje de los alumnos. Es un proceso de reflexión para la tarea del docente, para cambiar, comprender y ofrecer mejores oportunidades.

 No es fácil...¡pero hay que intentarlo!

   Nota: esta imagen la he tomado del blog cursomtriaevaluacion.blogspot.com.es


viernes, 9 de mayo de 2014

¿Se puede saber ser maestro antes de ser maestro?


Hablaré sobre aspectos relacionados con el tercer proyecto "¿Se puede saber ser maestro antes de ser maestro?" y sus respectivos artículos. En especial "Pinta y Colorea" de Fernández Navas...

 En cuanto a los primeros párrafos del  artículo de Pinta y Colorea, no entiendo que en pleno siglo XXI y en épocas de crisis donde la gran mayoría de la sociedad espera que la educación nos sea una vía de salvación, sea posible que la profesión del maestro apenas reciba el valor que se merece y sea tan menospreciada.

 Me paso todo el día oyendo y leyendo comentarios despectivos y bromas más bien pocas graciosas sobre la carrera de Magisterio y sobre el maestro. Esa carrera de la que todos dicen que no se hace nada en ella y en la que todos aprueban. Parece que no entienden que la consecuencia de la carrera de Magisterio es convertirse en maestro y ser maestro conlleva la gran responsabilidad de educar a una barbaridad de niños cada año, niños que en un futuro serán los que tomarán nuestro relevo en el mundo... Eso no es nada, eso es de risa, claro...



Siendo realistas, es verdad que a la hora de estudiar pueda resultar una de las más fáciles pero desde luego es una de las más difíciles a la hora de ejercer como profesional (y pre profesional).

La dificultad reside en el día a día de la carrera del alumno y de la "carrera" del maestro. Nunca acaba pues a lo largo de todo el periodo activo del docente se plantean distintas situaciones nuevas y a veces de vértigo a las que se debe enfrentar y resolver.

Cambiando de tema y ya casi al final del mismo artículo, Fernandez Navas se pregunta si "¿nos pasamos cuatro años de carrera simplemente para tener una base?" cuando oye decir a mucha gente que en la carrera adquieres la base y luego ya al salir ya aprendes tu profesión. Pues respecto a esta pregunta y apoyándome en otros puntos de este maravilloso artículo, me atrevo a decir que actualmente sí, desgraciadamente. Porque aún hay profesores que nos mandan memorizar un puñado de contenidos de memoria que realmente no nos servirán para nada, ¿de verdad en un futuro en medio de una clase vamos a acordarnos de todo lo que decían las teorías marxistas sobre la escuela? Sí solo las actividades que realizásemos en la facultad fuesen más útiles e interesantes y la práctica y la teoría fuesen unidas y no cada una por un lado, entonces podríamos salir de estos 4 años de carrera mucho más preparados y sobre todo con mucho más que una simple base.

Como dice Pilar Sepúlveda, vicedecana de Prácticum de la Uma, en una reciente entrevista que mi grupo El Pupitre tuvo el placer de hacer y que pronto estará disponible en nuestro blog común, el enfoque de las materias que se imparten en la carrera debería ser otro porque los contenidos parecen estar descontextualizados, éstos deberían ser menos memorizables  y menos de tan poco hacer. Se necesitan contenidos más prácticos y de más intervención por parte del alumno universitario. "Hay que trabajar diseñando" nos decía Pilar. 

Al igual que ella, también opino que a ser maestro se aprende en el contexto de trabajo, interviniendo, haciendo. Por eso el eje fundamental es que existieran muchas más prácticas, más ocasiones en los centros, incluso que en primero de carrera ya se implantasen las prácticas y no tener que esperar al segundo año.

Y para terminar, os voy a dejar una gran verdad en forma de imagen.